¿Podríamos atribuir parte de la culpa del narcotráfico y la delincuencia a las mujeres que validan “chicos malos”?

En la escuela recuerdo que los tipos que me golpeaban y acosaban tenían la aprobación de las chicas más hermosas del salón. Ellas se burlaban de mí por ser serio y tener buenas calificaciones. Mis compañeras de trabajo escuchan a cantantes sombrerudos que enaltecen el trasiego de opiáceos. Según su criterio, son hombres más viriles que los oficinistas que pagan impuestos, usan corbata y dicen “por favor” y “gracias”. Algunos especialistas creen que la delincuencia tiene un trasfondo social, que no todo se atribuye a la desigualdad económica. Los delincuentes bisoños sueñan con hacer dinero y tener mujeres. ¿Cuántos programas de “reconstrucción del tejido social” tienen campañas para convencer a las jovencitas de buscar novios entre los “chicos buenos”? ¿Por qué nadie señala el vínculo entre el feminismo y la descomposición social?